El primer bar en considerarse óptimo fue 'Cherry', el cual fue solicitado por la propia Lady Gaga por ser uno de sus favoritos. A pesar de su gran visita y la revolución que causó en la ciudad de Melbourne, el co-propietario del negocio ya lo había reservado para la presentación de una banda local totalmente desconocida. Sin otra alternativa se debió encontrar otro local y este fue el 'Northcote Social Club', que tuvo el honor de permitir llevar a cabo normalmente la fiesta privada junto a miembros de su equipo creativo 'Haus of Gaga'.
Tras ver las primeras imágenes que se conocieron de tal evento, el empresario se arrepintió de haberle negado la entrada y consideró a su decisión como la más estúpida de la música australiana:
"¿Yo hice la cosa más estúpida de la música australiana? Bueno, yo preferiría ser recordado como la persona que no movió una reserva hecha por una banda local", declaró en una entrevista.
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